¿QUE ES BULLYING?
El acoso escolar o bullying es un tipo de violencia que se manifiesta por agresiones, físicas, sicológicas o sociales repetidas, que sufre el niño o niña en el entorno escolar ocasionada por sus compañeros. Para distinguir el acoso escolar de otras acciones violentas en este entorno, como por ejemplo de una pelea entre compañeros, es necesario reconocer dos características que lo identifican. La primera es la existencia intrínseca de una relación de poder (dominio-sumisión) que tiene el agresor sobre quién es el agredido o acosado. La segunda es que, en el acoso, las situaciones de agresión se presentan de forma reiterada. La definición de acoso escolar de Piñuel y Oñate (2008) es la siguiente: “…un continuado y deliberado maltrato verbal y modal que recibe un niño por parte de otro u otros, que se comportan con él cruelmente con el objeto de someterlo, apocarlo, asustarlo, amenazarlo y que atentan contra la dignidad del niño”.
En cada escuela se pueden presentar casos particulares de acoso que deben ser estudiados considera diferentes tipos de acoso escolar encontrando tasas altas de participación de los estudiantes en situaciones de acoso físico, verbal, social o relacional (p.e., exclusión social y dispersión de rumores) y/o electrónico (p.e., a través de textos y dispersión de mensajes). En el acoso escolar hay un desbalance de poder entre los que agreden y los que son agredidos, generalmente la víctima es más débil física o socialmente que el acosador y no tiene como defenderse. La brutalidad es una forma de agresión común en la escuela, caracterizada por un acoso sistemático y repetitivo que implica un desequilibrio de poder; ese desequilibrio supone que el agresor pos un estatus o una fuerza superior que lo hace más poderoso que la víctima; la brutalidad puede ser directa (golpes e insultos), o indirecta (expandiendo rumores para manipular al grupo contra el blanco y aislarlo).
Diversos estudios evidencian la frecuencia del acoso escolar y su incidencia no solamente en la calidad de la educación sino en la vida diaria de los estudiantes. Las acciones de acoso pueden clasificarse en físicas y sicológicas. El acoso físico se presenta cuando el niño es golpeado, en general en la cabeza o cuando se le tira el cabello o se imitan sus gestos. También pueden manifestarse en forma indirecta a través de destrozo de materiales personales o pequeños hurtos.
La intimidación que, generalmente, se ejerce mediante amenazas de violencia, asignación de apodos o sobrenombres, exigencia de dinero o de bienes materiales, utilización de lenguaje sexualmente ofensivo, ridiculización y humillación, forman parte del acoso sicológico. Este tipo de acoso se manifiesta también a través de exclusión y aislamiento en las actividades escolares como trabajo en grupo, actividades recreativas y/o deportivas o, por ejemplo, no invitándolo a las fiestas que se organizan.
También forman parte del acoso sicológico la expansión de rumores tendientes a generar malestar a los estudiantes acosados. Los adolescentes que son acosadores o víctimas tienen una experiencia social y un bienestar emocional reducido y participan en comportamientos riesgosos para la salud, en general, reportan mayores tasas de consumo de alcohol y drogas, de peleas y de porte de armas, que los estudiantes que no son víctimas. Así mismo, los estudiantes que son víctimas de acoso escolar a menudo experimentan una mala adaptación social y emocional, baja autoestima, y mayores niveles de soledad, ansiedad, depresión e ideas suicidas, que los que no participan en la intimidación.